Al tratar la viabilidad de los sistemas democráticos, el interés de los politólogos se ha centrado especialmente en las tensiones nacionalistas, religiosas o étnicas y en los esfuerzos del Estado para poner en práctica políticas destinadas a corregir los desequilibrios socioeconómicos. Sin embargo, han relegado a segundo plano las características y el funcionamiento de las propias instituciones democráticas, asumiendo implícitamente que son similares y que las dimensiones institucionales de los gobiernos representativos son constantes. Estos supuestos no son sostenibles: aparte de las variantes centralista/federal, bipartidismo/multipartidismo, sistemas de ganador único/representación proporcional, etc., hay una diferencia esencial en la forma en que se genera la autoridad del ejecutivo y en su responsabilidad. Las crisis del presidencialismo, cuya edición está a cargo de Juan J. Linz y Arturo Valenzuela, reúne ensayos de destacados politólogos que examinan qué prácticas y estructuras -particularmente en lo que atañe a las formas presidencial y parlamentaria, con todas sus variantes- favorecen o perjudican la democracia y la estabilidad de un régimen. Este primer volumen aborda el problema desde diversas Perspectivas comparativas, mientras que el segundo está dedicado a la experiencia latinoamericana.